Recordando a Pedro Montt, ex voluntario y Presidente de la República

En la historia de Chile, grandes personalidades han pasado entre sus filas, ocupando altos cargos políticos y en sus respectivos Cuerpos de Bomberos. Uno de ellos fue el ex Presidente de la República Pedro Montt Montt.

Nació el 29 de junio de 1849 en la ciudad de Petorca, Región de Valparaíso, sus estudios primarios los realizó en el Instituto Nacional y una vez terminados entró a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde obtuvo el título de Abogado en 1870.
Fue un gran político, uno de los más influyentes de la guerra civil de 1891, años más tarde, en 1906 fue electo Presidente de la República, falleciendo en el cargo el 16 de agosto de 1910 en la ciudad de Bremen, Alemania.

Entró a la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago en agosto de 1868, donde sus dotes intelectuales y bomberiles lo llevaron a servir los cargos de Secretario, Capitán y Secretario General de la Institución.
Una de las anécdotas que le sucedió como Presidente de Chile fue la que ocurrió el 5 de febrero de 1909 en el incendio que se declaró en la Legación Alemana, ubicada en Nataniel Cox, esquina Padre Alonso de Ovalle, a pasos del Palacio de La Moneda. En el lugar los voluntarios sextinos que se encontraban bajo el mando del Teniente Primero, Luis H´Houmaud, intentó rendirle honores a su excelencia, pero Montt indicó lo siguiente: “Aquí no soy el Presidente, sino un voluntario más de la Sexta. No tengo las fuerzas para levantar un mueble ni la agilidad para subir una escala, pues los años me pesan más de lo que deseo. Sin embargo, puedo decirles que una de las cosas más nobles y dignas que hay en Chile es el Cuerpo de Bomberos, porque significa desinterés, abnegación e idealismo. Mi presencia en estos instantes es la voz de aliento de un viejo voluntario.” Tras esto, pidió permiso para retirarse y regresó a su oficina para seguir con sus funciones de Mandatario.

El ex Presidente, sufría de arteriosclerosis y arritmia cardíaca que día a día fueron agravándose más, lo que lo llevó a tomar la determinación de tratarse con doctores en Alemania. El 16 de julio de 1910, emprendió el viaje al país del viejo continente, llegando exactamente un mes después.

El día en que pisó tierras teutonas, alrededor de la medianoche falleció este voluntario de la Sexta Compañía probablemente de un derrame cerebral.

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